"Cuando pruebas el sabor de un hombre ya no puedes parar", mis ojos pasaban una y otra vez por encima de la frase de ese libro haciendo que mi cabeza se desconcentrara del hilo lector. Era inevitable que al evocar su imagen sometida bajo mi cuerpo, mis sentidos se pusieran en marcha, ansiaba el tacto de esa morena tez que acompaña una piel que quiza se antoja demasiado suave para su ser tan varonil, se eriza la mía al sentir el minimo roce de sus piernas en mis muslos, de su pecho en mis mejillas de su pubis en mi culo, de sus labios en mi lengua.Ansiaba su aroma, que le distingue frente a los demás, independientemente de con qué se perfume, ese aroma que penetra y avisa del festín lubricando mis ganas de él. Ansiaba su voz, sus sonidos de placer, los murmullos que no aciertan a convertirsse en palabras cuando le hago mío. Ansiaba ver sus hombros bien torneados, su atletica figura que me vuelve loca, sus manos moviendose en desbandada por mi cuerpo. Pero por encima de todo ansiaba su sabor, el deleite de lamerle de norte a sur de este a oeste de arriba a abajo y de abajo arriba, en cada uno de sus puntos cardinales el sabor se torna diferente, pero siempre delicioso, provocativo. Da igual los cuerpos que probaran mis papilas gustativas, que siempre se quedarían con éste, con él el juego de lamer no formaba parte de los juegos previos a un polvazo, eran en sí mismos sexo y del bueno, me encantaba bajar por su pecho hasta el ombligo y dirigirme alla donde sus perfectas ingles me decian que estaba lo mejor, no le hacía una felación cada vez, era deleitarme en un miembro sabroso que respondia a cada uno de los movimientos de mi lengua, a cada grado de temperatura de mi saliva, a cada uno de mis cambios de ritmo, mi fin no era sacar su nectar, cubrirme de él,no...mi placer era saborearle antes de que me hiciera suya.
domingo, 4 de abril de 2010
Saboreando
jueves, 11 de febrero de 2010
Esta Mañana
Tengo en carne viva el recuerdo de tu piel, tu delicioso olor corporal permanece en el registro de mis sentidos y esta mañana lo evoqué una y mil veces, como si así pudiera hacer que estuvieras junto a mí en esta cama, encima mío, en esta cama, bajo mis pechos, en esta cama...como fuera, pero en esta cama.
Me abrazo a la almohada para que mi cuerpo sienta el roce de tu memoria y me palpitan mis húmedos muslos, ingenuos y engañados porque no saben que seré yo la que termine haciéndoles temblar con unas manos que solo desean ser las tuyas.
Es tan solo una mañana más,no, mucho mejor es una mañana menos para llegar a esas en las que ya no tendré que pensarte.
martes, 9 de febrero de 2010
Atreviéndome
Te regalo una mirada a través de esa ventana que bien conoces, una mirada desnuda, tal y como me gusta mostrarme ante ti, sin ropaje de tela y sin doblez en el alma ni en el corazón. Aquel corazón que ocupaste un día, anidando en un rinconcito, ese que iba a ser solo tuyo y que nadie te iba a quitar, que pasaste a conquistar en toda su extensión traspasando fronteras y llegando a formar este imperio de deseo y de ansia de vivirte.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)